Alquilo 3 dormitorio apartamento de 66 m² en Barcelona

El Candy Crush se usa a menudo como ejemplo de juego adictivo. Sus colores y sonidos nos atrapan, y esto se aplica en muchas otras aplicaciones que, sin ser juegos, buscan enganchar a la gente, ya sea para aprender idiomas o para freírnos las neuronas con un vídeo tras otro. Las aplicaciones de portales inmobiliarios no buscan enganchar, sino facilitarnos la vida, pero mirar anuncios de viviendas también tiene su punto adictivo. Vas pasando imágenes y jugando con los filtros hasta que por fin encuentras ese piso con el que consigues pasarte la partida. ¡Delicious!